como quien acepta el agua en la sed
y la dispersión en el sueño
él se
deja llevar hasta el bar frente al hospital
donde mastica un sándwich y fuma
mirando una banderita que cuelga de la pared
Acaso contagiado por esa pobreza
pide un deseo:
que la perplejidad -una vez- sea de inocencia
y el horror de fantasmas de trapos
de circo en penumbra
No hay comentarios:
Publicar un comentario